Relato Gay – Morbo con el conductor de bus

Soy un habitual del búho, el autobús nocturno de Madrid, y por la noche suele llevarme siempre el mismo conductor…moreno, ojos claros, musculado, simpático y casado de unos 35 años.

A veces solemos ir hablando durante el trayecto cuando hay muy poca gente en el bus. Un día, que había sido muy duro e iba muy cansado, me quedé dormido y llegué hasta el final de la línea.

Me despertó y me dijo tío te has pasado la parada. Al principio me asusté y estaba un poco desorientado. Le pregunté cuanto iba a tardar en salir y me dijo que en una media hora.

Le dije que me estaba meando a tope, pero como estábamos en una zona con descampados y con tanto coche de parejitas por aquí me daba palo y me dijo que podía ponerme detrás del autobús, que nadie me vería.

Me puse a mear y de repente apareció diciéndome, joder si que te meabas, yo también estoy a tope, espero que no te importe. Y se puso a mi lado a mear.

Se sacó un buen rabazo. Yo le miraba de reojo de vez en cuando disimulando, y se me estaba empezando a poner morcillona mientras meaba.

Cuando terminé, me la sacudí, pero el conductor me vió que estaba medio empalmado y me dijo: Ey tío ¿que? ¿el alcohol te tiene a tope? Me quedé blanco, no sabía que responder…

Me la iba a guardar, mientras miraba al suelo avergonzado, pero se me acercó un poco más y me pregunto: ¿Te gustaría comer un buen rabo como este?

Le miré con cara de no saber qué hacer, “venga, que no pasa nada… y nadie se va a enterar». Empezó a masturbarse suavemente y me apretó un poco en mi hombro dándome a entender que me agachara…

Con mis labios carnosos, empecé a comerle el pollón, sabia fenomenal, como si lamiera un caramelo… Me acariciaba el cuello y tenía la mano muy caliente… Yo me agarraba a su muslo mientras se la chupaba… estuve un buen rato así. Hizo el gesto de follarme un poco la boca para que tragara más.

Tras varios minutos así, me aparté un poco para coger aire y me incorporé. Le intenté besar pero no se dejó, me recordó que estaba casado y que no le molaba demasiado. El aprovechó y me metió la mano en el culo por debajo del boxer… y empezó a pajearse con la mano derecha. Yo también empecé a pajearme, pero sus jadeos me avisaban de su inminente corrida… yo también estaba que me salía con solo tocarme.

Noté las contracciones de su cuerpo y se corrió cerrando los ojos y jadeando en silencio. No paraban de salir chorros de leche que caían en el suelo. Yo también terminé mi paja y mi eyaculación explotó delante de él.

En ese momento me cercioré de que había al menos tres personas mirando a unos 3 metros alrededor del autobús.

Nos vestimos y cuando se fueron los voyeurs, me dijo que ya era la hora de salir y volvimos dirección a Madrid.

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